El estrés es la forma que tiene nuestro cuerpo de hacer frente a momentos puntuales de una gran exigencia.
Es un proceso natural y en principio protector que nos alerta y nos prepara física y psíquicamente ante una exigencia momentánea. Sin él se dice que hubiéramos desaparecido como especie hace ya miles de años.
Suele responder a factores externos, es una reacción a un problema y suele desaparecer cuando este se soluciona o desaparece
El estrés supone un gasto elevado de energía psíquica para el mantenimiento de la alerta, para la focalización de nuestro pensamiento en ese único problema, desechando el resto, y de energía física incrementando el riego sanguíneo (aumentando la frecuencia cardiaca) a zonas musculares de reacción rápida y fuerza y reduciendo el aporte sanguíneo a zonas menos necesarias en ese momento como la sexual o el estómago.
¿Cuándo es el estrés es un problema en vez de una protección?
Cuando no somos capaces de solucionar ese problema externo, nos ocupa al cien por cien toda nuestra mente y nos impide pensar en soluciones alternativas.
O cuando empezamos a producir estrés por problemas que objetivamente no lo son.
Tanto en un caso como en otro el estrés continuo va a producir un enorme cansancio por gasto innecesario de energía y vamos a tener alteraciones físicas muy claras como contracturas musculares e insomnio por un estado de alarma continuado, disfunciones sexuales con disminución del apetito sexual y la libido o problemas estomacales por las digestiones alteradas.
Con una terapia basada en Hipnosis podemos encontrar alternativas a los problemas que nos acucian, podemos reencuadrar los problemas para evaluar su importancia o podemos aprender a afrontar este proceso de estrés de una forma menos lesiva para nuestro organismo.


