Una de los autodiagnósticos más usuales que los pacientes me hacen en las primeras consultas es del estilo siguiente:
Vengo porque tengo estrés o acudo por ansiedad, o deseo que me quite este estrés que tengo continuamente, o sufro de ansiedad.
Es un autodiagnóstico que las personas hacemos en función de lo que hemos leído, nos han contado o hemos oído, que se asemeja en sus síntomas a lo que sentimos nosotros.
Cuántas veces hemos expresado frases como:
Esta persona me produce mucho estrés, o llevo una mañana muy estresante o la ansiedad no me deja descansar.
Si bien los síntomas muchas veces se solapan siendo lo mismo para ansiedad que para estrés, la principal diferencia es que en el estrés el factor estresante es externo y la sensación de corta duración, mientras que en la ansiedad el factor estresante puede ser interno, externo o desconocido y la sensación permanece en el tiempo.
La realidad siempre es mucho más compleja que la teoría, y en cada persona se expresan los síntomas de una forma diferente y las circunstancias también son diferentes. Aun así si por ejemplo nos alejamos de ese compañero de trabajo que nos incordia o dejamos de estar presionados por ese jefe controlador y desaparecen los síntomas, pues estaremos ante un episodio de estrés.
Si nos vamos un fin de semana de relax y desaparecen los síntomas pues estaremos ante episodios de estrés.
Si solucionamos ese problema económico que nos acucia y los síntomas desaparecen pues estaremos ante un episodio de estrés.
¿Qué pasa en la realidad? Que ese problema económico tiene muy difícil solución por lo que el factor estresante permanece continuamente, o que no podemos deshacernos de ese compañero de trabajo o ese jefe hipercontrolador. Entonces aunque estemos ante un problema de estrés, al permanecer activo continuamente va produciendo un desgaste físico y emocional importante derivando en una modificación hacia un problema de ansiedad.
Ya no tenemos esos sintomas solo ante es factor estresante, ya los tenemos solo con pensar en ellos, o ya nuestro cansancio es tan evidente que no tenemos fuerzas para huir o contrarrestar ese factor y empezamos a generalizar, a que todo sean pensamientos negativos, no vemos salida alguna, no sabemos de pronto el porqué y tengamos miedo.
Y de pronto un día el simple hecho de cruzar la calle nos produce un ataque de pánico, nos paraliza.
Y si seguimos así luego lo normal es que tengamos miedo al miedo, sin un motivo externo, simplemente miedo y sensación de muerte a tener miedo a repetir ese ataque de pánico.
En consulta el autodiagnóstico que te hagas de lo que te pasa es una información importante, igual que lo es tu forma de hablar, la forma de sentarte, como te relacionas
etc… Simplemente es una información más.
Cada persona es un universo diferente y en consulta encontraremos esa solución que está
dentro de ti para poder hacer frente a la vida


